Cuantas veces los padres se han hecho la pregunta: "¿Cómo consigo que mi hijo haga sus tareas sin discutir?" La respuesta no está en castigos ni gritos, sino en aprender a vincular esfuerzo con recompensa.
Las rutinas del hogar pueden ser una oportunidad para educar en valores y habilidades. Un recurso muy efectivo es la técnica esfuerzo-recompensa, que transforma actividades cotidianas en experiencias educativas.